No es lo mismo lavar unas piezas de tejido que otras, así ajustaremos el consumo de agua, energía o detergente en función de el producto que queramos lavar. Así conseguiremos aprovechar mucho más los recursos de que disponemos y una mayor calidad.
Debemos de asegurarnos también de que las máquinas cumplen con los requisitos fundamentales de seguridad, ergonomía y faciliadad de uso. Tienen que estar pensadas para que no haya problemas de seguridad para quienes las estén manejando.
Otro aspecto a tener en cuenta es el espacio del que disponemos, así que las dimensiones y el diseño también son facotres a tener en cuenta. La idea es aprovechar al máximo del espacio del que dispongamos para maximizar la productividad y garantizar la limpieza e higine del textil procesado.
Si no calculamos bien estas medidas puede resultar en la acumulación de ropa. Esto puede ocurrir si por ejemplo creamos una zona de lavado con mucha más capacidad que la de secado, porque tendremos que dejar pilas de ropa mojada esperando a ser secadas y planchadas.
En este sentido, en la medida que evitemos cruces de ropa limpia y ropa sucia mejor. La ropa sucia que nos vaya entrando no puede estar cerca de la zona de secado, en la que suele encontrarse apilada ya la ropa limpia. Con ello cuanto menos contacto exista entre las zonas de lavado y secado mucho mejor.
Todos estos trucos nos ayudarán a ser más efectivos a la hora de elegir la maquinaria más adecuada para nuestro negocio.
Por ello, conviene realizar una evaluación pormenorizada de todos los puntos señalados y adquirir la maquinaria más adecuada.
En caso de no disponer del espacio para conseguir un sistema efectivo, siempre podemos valorar otras opciones, teniendo en cuenta que buscamos esa relación calidad-precio en nuestro servicio de lavanderías en Cali